En el lugar en donde tenía mi estudio la gorda y querida perra llamada "Ninja" a través de los años aprendió del sistema en donde al provocar a los "amos" a que le arrojaran casi cualquier cosa, ella por un pequeño lapsus tendría la oportunidad de utilizando el sistema y jugando al librito, recoger el objeto, dirigirse hacia su amo en turno y justo en el momento en el que este quiere volver a apoderarse del objeto para repetir el juego absurdo, cambiar de ritmo, tutear al usuario y después de ofrecerle "aquello que creía suyo" alejarse a galope entre risas a sabiendas del enojo, frustración y humillación que provoca su estrategia canina de hacer horizontal el ocio y el poder. 

Después de caer repetidas veces en el sistema de Ninja, 
entendí ciertas cosas que tienen que ver directamente con el juego 
del perro y la chancla. 
- El sistema siempre tiene la chancla. 
- La chancla es aquello que va en el pie, pero por alguna razón lo tienen en la mano. (como el poder del gobierno, que es del pueblo para el pueblo, pero arrebatado (regalado, cedido, otorgado) ahora lo tienen en las manos algunos pocos cuantos. 
- La chancla se establece como un objeto que permite por pequeños lapsus, negociar el poder al establecerse en un juego de comando y acción entre dos personas. (dos personas = sociedad). 
- La clase media somos perros chancleros. 
- La alta tienen sus juguetes especiales que no joden los dientes y hasta hacen ruido para completar la gracia. Obviamente tienen pedigree y chip integrado. 
- La baja... agotados por el calor no pierden el tiempo en juegos estúpidos 
y dedican la tarde a la búsqueda y casería de agua, techo y comida.
- El plástico de la chancla se adapta bien al diente del perro y nos otorga 
la ilusión que nuestra mordida afecta a alguien, daña, destruye 
(somos perros que ladran). 
- Hay quienes están encantados de jugar toda la vida a salir corriendo y traer la chancla a la mano de su amo. En su defensa: La soledad es muy violenta como para preferirla ante cualquier forma de atención que requiera la perdida de moral, ética y respeto.
- La chancla que ya no se usa en los pies, ha perdido suelo. Aquel que pierde el suelo normalmente termina confundido en la cuestión de no saberse identificar amo o perro. 
- Después de que traemos la chancla, siempre se nos agradece, chifla o regala algo (el sistema no es pendejo y sabe premiar al obediente).
- Perro que no juega a la chancla: Es puto. 

A la espera de que algo suceda, cambie, avance, me encuentro cual perro esperando a que me lancen la chancla para salir corriendo, cambiar el ritmo, recuperar el poder aunque sea por un momento en lo que el sistema me arrebata del hocico (obviamente por hocicón) la chancla y me inserto de nuevo en el vaivén horrible de caer en la finta, regresar la mirada, volver a confiar, solo para una vez mas... caer en la finta (en verdad nunca van a lanzar la chancla).
 
Un, dos, tres por mi. 
"Donde respira lodo, no sangra manantial". 

A la de UNA la conocí por error en fiestas "familiares". Al pasar la puerta una luz rozo su piel morena y yo (como cuando te crece el bigote y estas listo) me encontré, primer amor. Tomados por la mano, techos de tres estrellas en linea (siempre en el mismo lugar). Domingos de discusiones al negociar sus intenciones de ir al valle cinemas y mis ganas de quedarme de huele cuellos 
y chupa orejas (piensen lo que tengan que pensar, como quiera no hay forma alguna en la que se puedan acercar a lo que en verdad ocurría). También están los buñuelos, la confrontación con su abuela que termino en una platica larga, bonita y tendida sobre un bonche de cosas de las que aun no entiendo (amor, religión, familia) y el primer beso en el cine sin importar la película. 
Sus ojos verdes. 
Su mama nos encontró en la banqueta llorando. 

A la de DOS la conocí por atrevido, ella acababa de llegar y yo fui hacia ella, solo me referí a sus ojos y continúe mi camino. Pasaron muchos años para encontrarnos en el cine y ponernos a platicar. Un momento, una noche, unos días y derrepente a ella "se le ocurrió" (asustado y fiel a mi manifiesto, salí corriendo en otra hacia ninguna dirección) Ella, emprendió otro viaje. Tiempo después tuvimos un mail y recuerdo una fiesta en donde mi dedo con toda intención rozo su espalda para ir construyendo una relación en códigos secretos. 
Me gustaba cuando la casa se manifestaba sola y entraba una llamada para dar pie a jugar. Ella contestaba, yo lentamente la mordía, acariciaba y me robaba de la calle todo lo baqueteado. Ella preguntaba quien era? (nunca entendí que la pregunta no iba dirigía al auricular). Después, el carro azul, la mostaza y los domingos llenos de Carmen Jones hasta terminarme las uñas. Cuando me tomo de los brazos y me dijo que todo era una broma pensé: No encuentro la gracia. 
Su mama nos encontró en las afueras del sol, llenos de sombra. 

En el interludio, un amor traspapelado. 
Ella estudiaba historia del arte, hablaba español tras pasar un año en Argentina 
y todo lo demás se iba complementando en ingles. 

A la de TRES cambia de carro como de novio; Yo fui el carro rojo. 
Le gustaban las cosas de vampiros y decir Señorino ! Yo sugar, ella bonita.  
Recuerdo su forma de bailar y como elegante, educada, combinaba la ropa con su sentir. Solo a ella, me le desvestí teniendo todas la ropas puestas. 
(De vez en cuando me acuerdo de cosas que quizá ya no tengan que ver directamente con ella y se justifiquen ante el estado de depresión perpetua que he jurado mantener durante toda mi juventud). Me acuerdo que le dolió en el alma haber perdido al cachorro café quien viendo la oportunidad de salir corriendo de la casa no la pensó dos veces. Quizá el y yo tenemos cosas en común: asustadizos, corriendo sin sentido en la premisa de huir (no se donde te encuentres pero tampoco necesariamente se en donde estoy yo) creo que puede sentir lo mismo que yo. Era buena casa no? Quizás fue un error,,, 
Teníamos Guitarritas, Guayabitos, los secretos enterrados en Lagos de Moreno y el bonito conjuro de conocernos al platicar largo y tendido.  
Ella tensada a mis labios y yo a su espalda con esa forma extraña de abrazar que no se parece a ningún otro abrazo. 
Es increíble como sigo hablando de ella todo el tiempo después de tanto aire, sombra y especulación. (Nunca me gusto verla llorar) 
Yo ante ella, llore como todo un hombre.
La distancia se nos ajusto incomoda a la ropa, 
yo no supe que hacer. 

Estoy enamorado de todas mis exnovias. 
Esto no es una declaracion de amor, es una declaración de impuestos.
 
No tengo nada, no soy de nada, nadie. 
Quizás sea un árbol derivado del sauce llorón. 
Perdí a la morena, a la guera y a mi bonita. 
Afloje los ideales y fui negociando por cosas sociales lo moral. 
Me he visto inmiscuido en momentos que aborrezco y otros tantos que no son de mi agrado y me he faltado al respeto tantas veces que pedirme perdón, 
tiene el mismo valor que pedirme permiso. 
Tengo tantos apodos que se ha nublado mi nombre. 
Tengo tantas crisis acumuladas, que no se si esta viene por el motivo 
o simplemente es lo que pasa cuando se estanca el agua.

Si mis errores desempolvan lo interesante,
bendita ingenuidad, santísimo atrevimiento.
Con ganas de equivocarme, 
tomare postura como ejercicio para salir en juventud confundida. 
Me adentrare en la profesión del que opina, porque al errar, 
al menos podremos dividir los lados.

Yo seré entonces (si me conceden el honor) el error.  
 
Cuando en la juventud se presenta una ruptura sentimental y una pareja se desborda, el divorcio lejos de plantearse en una separación de bienes materiales se establece dentro de una plataforma de negociación emocional compleja y sumamente abstracta. En lo personal, el divorcio musical es la negociación que mas me ha costado, el tener que separar discos, artistas, géneros,,, para volver a plantear limites, parámetros, aquellos que son (eran-serán) míos y los que le tocan a ella, me ha resultado una tarea sumamente violenta y desgastante. 
Al principio, aparecieron ciertas bandas que a nadie le intereso negociar, era muy claro su posición dentro del mapa. Después en la lista vinieron las incomodas que se nos quedaron en medio y serán esos amigos en común que no quisieron opinar en el caso, tomar lado o partida, que optaron por quedarse en el genero tibio haciendo que yo me sintiera dramáticamente ofendido y reaccionara con desapego. Por estar en el genero terco, perdí muchísimas bandas que me gustaban pero de alguna forma absurda y extraña, yo solo respondía a lo que se presentaba ante mi como una forma de traición frontal. 
Hay algunas que me pertenecen, son mías y podrías revisar el historial. 
Venían dentro de mi maleta, son mi referente, mi mapa de gustos, afectos, 
mi catalogo de expresión. 

Podría renunciar a la música para renunciar a ti, pero hay un pacto que tengo con ciertas canciones que no puedo romper, no se, es difícil de explicarlo, ellas me construyen, tu me desarticulas.
 
Puedes creerlo pero he sido moderadamente infeliz. 
... hice así una canción y creí, que verías en ella un piropo, 
La escuchaste y después me dijiste lo tuyo es del genero bobo... 
(NV). 

En tu cuarto con tus risas / Jugamos guitarritas y a inventar una pequeña canción / Mis dedos recorrían tus piernas suavemente para construir un solo mientras te cantaba quedito al oído una nueva canción / Es bonito pensar que dentro de nuestras canciones permitimos que existieran besos después del coro, un verso y después un abrazo o largas pausas de silencio en donde solo nos mirábamos de frente / Derrepente metía mi cara en la cueva, tu cuello, mi lugar / Te reías de las canciones, sabes que al igual que Nacho soy parte del genero bobo / Con las sabanas de escenario, fui encontrando en tu cuerpo mil instrumentos / Tu cuerpo provoca algo extraño al estar cerca del mío, como cuando una guitarra se acerca a un amplificador y suelta un sonido muy agudo, así... pero en el estomago / Todavía me acuerdo de la forma en la que mueves tus manos cuando bailas / Me dices que estas cansada, que me aleje porque ese estilo de música no te interesa / En mis huellas se quedaron tus muslos impregnados / Siempre estaré enamorado de tus piernas de largas / De ves en cuando tomo una almohada y la coloco entre mis piernas, con mis dedos construyo en la tela una canción / Ahora ya no le canto a nadie, la ultima gira me dejo desgastado un corazón. 

Tarareo tu recuerdo. 
Me haz dejado el cuarto lleno de canción.
 
He vivido mi historia siempre a través de mis contemporáneos. 
Todas mis practicas les pertenecen. Seguiré utilizando una mascara o maquillaje en el ritual de rendirle respeto al hombre sensato. 

Necesito nuevos amigos, ya se me están acabando las mentiras.