Mi madre, decoradora por mas de 25 años se decidió a permitir que una practicante colaborara con ella, en una de las platicas de sobremesa le escuche decir: Debes de tener cuidado porque la gente fácil se confunde. 
(me retire y confundido termine la platica en mi cabeza pensando en una triada: sirvientismo, prostituismo e interiorismo). 

- Son las únicas que tienen acceso a las profundidades de una habitación,
es un placer etéreo que se les ofrece como recompensa, maldición y profesión.
- Son actividades parecidas, todas limpian, ordenan y dictan el acomodo de los cuerpos. Pero cuidado, no tomes por ofensa la comparación, piensa que solo a las sirvientas les haz de confiar tu ropa sucia y las prostitutas los hombres su soledad. 
- ¿ Que nos queda a las interiorstas entonces ? - dice asustada. 
- No lo se, mientras se sigan comportando como turistas y en cada oportunidad sexual hagan comentarios como "mmm, que rico pero que feas sabanas, ¿porque no cambias el edredón?" quizás solo les quede el titulo universitario.

- Que no se me mal entienda el punto, como si fuese un caso simplón y resuelto freudiano, yo me declaro enamorado y obsesionado con toda arquitecta, interiorisa y decoradora. Las amo.