empiezo...  
"y, bueno, me preguntaba si te molestaría mucho que me preguntara a mí mismo por ti”. 
Nacho Vegas en una autoentrevista en referencia a Christina Rosenvinge. 
La entrevista me hizo pensar en la platica que tuve hoy por la mañana con mi amigo Lalo en donde hablábamos del miedo que me producen ciertos eventos sociales y en especifico, ciertas personas. Yo aseguraba que en este nuevo arranque de año como si fuese una regla irrompible, todo aquello que me produce miedo, terror y horror social seria el primer impulso a seguir y romper - entiendase llamar a, hablar con, saludar a, ir a,,, El solo me veía con la cara que pone la gente cuando no te cree absolutamente nada. 

vuelvo a empezar...  
Por la mañana fui a tomar café con mi amigo Lalo. El tomo regular, yo para la segunda tasa me pase a descafeinado, termino que bien podría resumir y plantear el sabor y efecto de mi dos mil once. Después de unas horas de platica rica que ponía sobre la mesa nuestras intenciones profesionales y estrategias a ejecutar, me dijo que para variar, esta vez por alguna u otra razón no habíamos hablado todavía de mujeres. 
- Eso es bueno supongo
- No lo se. 
Regresamos a hablar de nuestros intereses que colindan con las dinámicas que se producen dentro del campo musical y yo le platicaba que acababa de ver el nuevo documental de Pearl Jam - PJ20 de Cameron Crowe en donde Eddie Veeder habla sobre lo cansado que resulta por momentos las giras de promoción de los nuevos materiales.   
Nacho Vegas en la misma entrevista apunta... 
Nunca me ha gustado quejarme de las tareas de promoción; no parece decoroso, ni aun creíble, llorar ante nadie por lo arduo de una labor que consiste básicamente en que te hagan fotos y en mantener conversaciones unidireccionales en las que uno habla de sí mismo y de sus cosas como si estas fueran tan sumamente interesantes. Pero he de reconocer que, después de dos semanas de promoción intensa, organizada con cariño y minuciosidad por mi compañero incansable Tomás Heredero, me encuentro agotado.
Pero creo que a fin de cuentas, el mismo ejercicio agotador, abrumador y seductor de tener la oportunidad de hablar uno, de uno mismo y ver que otros reaccionan a las respuestas es sumamente enérgico, ególatra - y adictivo. 
Es la misma practica que uno realiza en la actividad de entrevistado y entrevistador cuando estas en el café con un amigo y empiezan por el - y como estas? y después de un primer despliegue el otro contesta - y tu?   


No se a donde iba con todo esto... 

empiezo de nuevo... 
Hoy tome café descafeinado con un amigo que tiene solo el café de regular. 
Hablamos del año nuevo, del año viejo, de las fiestas y las familias y como siempre que nos encontramos, trazamos lineas de interés para en algún futuro ejecutar proyectos en conjunto, lo que hacemos en el café es mapear el lugar del otro, los intereses y la estabilidad emocional para ir midiendo los tiempos en que deben de ser ejecutados con mano de cirujano nuestros planes profesionales. Por eso siempre hablamos de los acontecimientos, después de la profesión y dejamos un lugar entre el ultimo café y la cuenta para hablar del  tema mas importante, las mujeres.
- Es como un loop supongo. En mi caso, creo que hablo de ella para hablar de mi, es el pretexto para contar mi historia aunque últimamente tengo miedo de que sea algo mas grande, perverso y enamoradizo.   
De alguna forma extraña, estar bien con ella es estar bien con todas las demás mujeres (estén, excitan o no, ella las representa a todas).  
Uno espera que por acto milagroso que al terminar el año, al otro día uno pueda despertar y haber cambiado radicalmente pero al despertar... Todo es exactamente lo mismo. Ves como las cosas avanzan lento, y como cada escalón se asegura de pasarte factura. 

Eso si, hay cosas que conforme avanzas vas soltando: dejas de creer en el arte y en la cultura, ahora hablas de "territorios políticos o estrategias económicas de proyección" dejas de lado las promesas de la juventud de fama y reconocimiento para intentar por lo pronto, no tener hambre.  

- Pero no lo veamos como un fracaso... 
- Ah, no, no... "Es el triunfo depresivo" 
Como cuando te preguntan ¿pero porque estas triste? 
Con ese tono que en verdad quiere decir "no puedes, ni debes estar triste"
y tu contestas - Porque tengo la razón !  



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